Si tu vuelo se retrasa o cancela debido a un evento imprevisible o extraordinario, se considera fuerza mayor. En estos casos, la aerolínea no es responsable y no tienes derecho a compensación según la normativa de la UE.
Ejemplos de fuerza mayor:
huelgas del personal del aeropuerto o del control aéreo
condiciones meteorológicas extremas
disturbios políticos o inestabilidad
desastres naturales
riesgos de seguridad o emergencias médicas
Aunque no haya compensación, la aerolínea sigue obligada a asistirte, por ejemplo, con comida, alojamiento o nuevas reservas, según la situación.